Se avecina un proceso electoral en el que la partidocracia del PLD y PRD solo se sostiene a fuerza de clientelismo político, y en base a la incapacidad de los sectores progresistas de articular una propuesta unitaria, incluyente y representativa de los intereses populares.
Es una de esas oportunidades históricas para avanzar un proyecto de sociedad más justo y acorde con los intereses colectivos, pero que dejaremos pasar si nos confiamos al liderazgo de las organizaciones políticas emergentes que han dado sobradas muestras de miopía política, sectarismo y vanidad personal.
Las actuales propuestas electorales emergentes llevan meses en el escenario. En vez de trabajar desde el principio por una candidatura y programa unitarios, se dedicaron a fortalecer sus parcelas, a promover sus caudillos y acusarse los unos a los otros.
Han desperdiciado tiempo valioso en fortalecer sus debilidades. Con discursos desconectados de la realidad nacional. Priorizando lo jurídico-institucional por encima de los problemas materiales del pueblo, y así les ha ido: a seis meses de las elecciones nacionales, las encuestas confirman que no han tenido ningún impacto en el escenario electoral: en el mejor de los casos se le asigna un 2.2% de la intensión del voto, con lo cual ni en sueños se puede ser una opción electoral que compita por el poder con la maquinaria electoral de la partidocracia dominicana.
En estos momentos, aunque casi todos hablan de unidad, la realidad es que hay por lo menos 4 posiciones diferentes frente a la coyuntura electoral: 1) La del Frente Amplio de alianza con quien sea, 2) La de Alianza país de, o nos apoyan a nosotros o nos vamos solos, 3) Las de la izquierda orgánica de Asamblesas abiertas para elegir un candidato de izquierda (sin contar ninguna con reconocimiento ante la JCE) y 4) La de quienes promueven la abstención, pasiva (MPD) o activa (La Revuelta con su Ninguno). Esto es inconcebible en un sector que no debe agrupar a más de diez mil personas.
De permitir que las cosas sigan su agitado curso en esta dirección, las fuerzas alternativas harán un triste papel en el proceso venidero, generando más frustración y desesperanza en nuestro pueblo, y condenándolo a padecer 4 años más estos gobiernos anti populares del PRD o PLD.
Quienes queremos un cambio para nuestra sociedad y no formamos parte de las difrentes organizaciones que impulsan estas posiciones, o que estando dentro de ellas no nos sentimos representad@s en sus posiciones, estamos obligad@s a levantar la voz, a condicionar nuestro apoyo a cualquier candidatura emergente a que la misma sea UNITARIA y de origen democrático; que tanto el programa como la candidatura sea votado por la mayoría de entre todas las opciones posibles.
Esto debe ser precedido por la puesta de las actuales candidaturas a disposición de la voluntad colectiva, y que se abra la posibilidad de postular otras opciones nuevas.
Y que no se alegue falta de tiempo para ejercer la democracia. Si hay voluntad, con una losgítica tan simple como convocar para un día y un lugar específico en cada municipio y las ciudades del país atoda persona que quiera participar; con confeccionar unas listas de candidatos fotocopiadas como boletas y unas simples cajas de cartón como urnas, sería suficiente; la pulcritud de los resultados sería avalada por representantes de las diferentes candidaturas.
Si logramos articular una candidatura unitaria, fruto de la elección democrática del mayor número de personas posibles, con un programa aprobado por la mayoría, y asumimos un discurso de intransigente defensa de los intereses populares, aún tenemos oportunida de enfretar con posibilidades de éxito a la partidocracia de l PLD Y PRD.
Propongo que levantemos esta propuesta entre tod@s. Si estás de acuerdo, comenta esta propuesta a modo de aprobación y defúndela entre tus relacionad@s.
Alfredo García
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